La Real
Academia Nacional de Farmacia ha distinguido con el ‘Premio RANF-GSK
Innovación Farmacéutica’ al Grupo de Investigación ‘Nutrigenómica y
programación fetal’, del Departamento de Química y Bioquímica de la
Facultad de Farmacia, por su trabajo investigador titulado: ‘Efectos
nutrigenómicos de la fructosa sola o asociada a colesterol o sal en función de
las hormonas tiroideas. Influencia de la ingesta materna’.
Según los
resultados obtenidos por el Grupo de Investigación, compuesto por Carla
Marcuccini, Elena Fauste, Madelín Pérez, Cristina Donis,
Mª Isabel Panadero, Paola Otero y Carlos Bocos, el consumo
materno de fructosa afecta al metabolismo de las hormonas tiroideas en la
descendencia, en respuesta a una dieta con fructosa y a una Western diet, y
estos efectos nutrigenómicos modifican la expresión de receptores y
transportadores sin alterar los niveles de hormona tiroidea.
Efectos nutrigenómicos de la
fructosa. Influencia de la ingesta materna
La elevada
cantidad de azúcares ingeridos en la dieta favorecen el desarrollo de síndrome
metabólico, enfermedades cardiovasculares y obesidad. Estos efectos no se
limitan únicamente a la vida postnatal. A través de mecanismos de programación
fetal, la dieta de la madre influye en el correcto desarrollo de su
descendencia. A su vez, el metabolismo
de las hormonas tiroideas, implicadas en el metabolismo energético y la
homeostasis corporal, se encuentra afectado por la nutrición. La T4 circula en
sangre y se introduce a la célula a través del transportador. Una vez en el
interior del núcleo, se une su receptor específico THR, que actúa como factor
de transcripción regulando la expresión de sus genes diana.
Para determinar
si el consumo de fructosa afecta al metabolismo de las hormonas tiroideas,
determinamos los niveles plasmáticos de T4, la expresión génica de sus
transportadores, del receptor de la hormona tiroidea (THR) y de sus genes
diana, tanto en hígado como en íleon en ratas descendientes de madres que
tomaron agua durante la gestación (control) o fructosa líquida. A su vez, la
descendencia fue tratada con agua, fructosa o Western diet.
Los resultados
muestran que los niveles plasmáticos de T4 libre no experimentan ningún cambio
tras el consumo de las diferentes dietas. Sin embargo, la expresión hepática
del receptor alfa de la hormona tiroidea disminuyó tras el consumo de fructosa,
sin mostrar cambios tras el consumo de la Western diet. Los perfiles de
expresión del transportador y del gen diana fueron similares al del receptor.
Si bien la
búsqueda de fármacos para el tratamiento del hígado graso y síndrome metabólico
se está centrando en la forma beta del receptor de las hormonas tiroideas, al
ser la forma mayoritaria del hígado, en vista de los resultados de este
trabajo, un candidato a considerar como nueva diana terapéutica sería también
la isoforma alfa.