Coincidiendo
con los 30 años de la publicación de Evangelium Vitae, carta encíclica
de san Juan Pablo II, la Universidad ha celebrado su VIII
Congreso Nacional de Bioética, organizado anualmente por el Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala. Bajo el título ‘Bioética al servicio
de la Vida y de la Persona’ se han analizado y debatido diversos aspectos sobre el
valor a la vida y su defensa, el cuidado de esta por parte de los agentes
sanitarios, la familia y la solidaridad, la economía de comunión, y los beneficios
y amenazas de la inteligencia artificial para la vida humana, entre otros
aspectos.
La rectora de la Universidad, Rosa Visiedo, ha inaugurado el Congreso junto con el director del Instituto CEU de Humanidades
Ángel Ayala, Carlos Gregorio Hernández. La rectora
ha señalado que la octava edición se celebra con “el firme
compromiso de profundizar en los desafíos éticos que plantean la ciencia, la
medicina y la sociedad actual. Un encuentro, en el que reiteramos nuestro
compromiso de una promoción de la bioética humanista, que valore la vida en
toda su plenitud y esté siempre al servicio de la persona; la persona en el
centro”.
El
arzobispo de Burgos, Mons. Mario Iceta, fue el
encargado de impartir la primera ponencia, en la que recalcó que los actos te
construyen o deconstruyen como persona: “La calidad ética de una sociedad se
mide en cómo se trata a las personas, particularmente a las más desfavorecidas”.
Asimismo, durante su
discurso, en su faceta de sanitario, Iceta se dirigió a todos los alumnos
asistentes, a los que recordó que “un buen médico no ha de ser solo un
profesional competente, sino una persona que ha de mirar al enfermo de modo
humano, frágil”. “Al enfermo hay que llamarlo por su nombre, es necesario
mantener un encuentro interpersonal con la persona vulnerable que, además, es
una realidad sagrada, un bien digno de ser amado por sí mismo, como explica la Evangelium
Vitae”, subrayó.
La familia, santuario de la vida
En
una mesa redonda moderada por la directora del Instituto CEU de Estudios de la
Familia, Carmen Fernández de la Cigoña, se han expuesto las razones por las
que la familia, tan perseguida en nuestros días, está consagrada como
'santuario de la vida'. La secretaria del Instituto, Carmen Sánchez Maíllo,
apuntó que “la vida humana está en una situación muy precaria” defendió que el
futuro de la humanidad se forma en la familia. “Es ese lugar donde la vida es
protegida y tiene esa misión especial, pero necesita de otras familias. No
puede ser una isla desierta”, explica.
Por
su parte, el decano de la Facultad de Humanidades y CC. de la Comunicación, Pablo Velasco,
se ha dirigido directamente a los alumnos presentes, a los que ha señalado que,
a ojos de Juan Pablo II, “la gran luz de la vida es la familia, porque es
santuario de la vida por la cultura”.
El papel del sanitario en la defensa de la vida
Durante la primera jornada se celebró una mesa
redonda en la que se abordó el cuidado de la vida por parte de los agentes
sanitarios. Un coloquio que contó con la vicepresidenta del Colegio Oficial de
Médicos de Madrid, Luisa González, quien ha
asegurado que “la dignidad es inmensa e inviolable y no se pierde, aunque el
hombre se deteriore”. “El cuidado es una conducta moral y, por tanto, hay una
ética del cuidado, con principios, valores y virtudes. El cuidado requiere un
esfuerzo, es acción; si no hay acción no hay cuidado”, explica.
Por su parte, el neurólogo Joaquín de Ojeda explicó que las enfermedades neurodegenerativas son
cada vez más frecuentes y hay dos opciones: abandonarles o acompañarlos. “Si no
podemos curar, debemos aliviar, y siempre acompañar”, explica. Además, señala,
que para hacer que el paciente encuentre el sentido de esa situación que está
viviendo, “la fe es un instrumento magnífico para ayudar al prójimo”.
En este sentido, Pablo
Barreiro, doctor en Medicina Interna, apuntó que la pendiente resbaladiza de la
eutanasia, debilidad, discapacidad y dependencia “nos lleva a un planteamiento
excesivamente biológico”. “El sufrimiento introduce al hombre en un bucle de
insatisfacción que nos ayuda a descubrir que no solo somos materia y nos
enfrenta a la necesidad de trascender. Hay que respetar el sufrimiento, no se
resuelve todo con ansiolíticos y antidepresivos, hay que enseñar a la gente a
aceptar el sufrimiento y a encontrar un sentido a ese sufrimiento, con
conversaciones de carácter profundo, llegando incluso al sentido trascendente”.
En esta línea continuaba el anestesiólogo José Álvarez Cabello, siguiendo las palabras de Juan Pablo II, quien alertaba
del peligro cultural de que poco a poco se aceptaba como válida la eliminación
de la vida más frágil. “Estamos viviendo un intento de cambio de paradigma: la
compasión se entendía como esfuerzo para tratar el sufrimiento, como
acompañamiento y cuidados. Hoy, en cambio, se impone la idea de que la
respuesta más compasiva hacia la persona que sufre es terminar con su propia
vida, con unas consecuencias insospechadas, con la idea de que la muerte es la decisión
más adecuada en ciertas circunstancias”, subraya Álvarez Cabello.
Derecho y defensa de la vida
Durante la segunda jornada, el Congreso ha contado
con la intervención de Concepción Espejel, magistrada del Tribunal Constitucional
(TC), quien ha señalado que existe “una devaluación de la maternidad a nivel cultural”.
En su intervención, la magistrada ha abordado el voto particular discrepante a
la sentencia del TC sobre la ley que regula el aborto y ha analizado las
recientes resoluciones judiciales en esta materia en España. Durante su
ponencia, Espejel ha cuestionado la sentencia que desestimó el recurso contra
la ley de plazos y ha destacado que no se trata de una sentencia mayoritaria,
“sino la del tribunal”.
La
magistrada ha afirmado que la nueva resolución judicial sobre el aborto
contradice la doctrina previa del TC al reconocer el aborto como un derecho
fundamental de la mujer. En este sentido, Espejel señaló que la desestimación
del recurso presentado contra la ley de plazos se basó en que la cuestión había
perdido objeto tras la modificación de los requisitos para las menores de edad,
pero que su voto particular cuestionó el blindaje del sistema de plazos.
Para
la magistrada, la sentencia representa un “retroceso” al prescindir de la
opinión del varón, lo que a su juicio fomenta la irresponsabilidad paterna y
devalúa la maternidad a nivel cultural. Y ha señalado que la resolución enfoca
el embarazo como “un obstáculo al proyecto de vida de la mujer”. Asimismo, la
magistrada ha cuestionado la definición de salud utilizada para justificar el
aborto más allá de las 14 semanas, indicando que la interpretación del
bienestar social como un criterio de salud amplía los supuestos para la
interrupción del embarazo.
El Congreso ha contado con expertos como Teresa
Gerns, Advocacy Director de la Federación de
Asociaciones de Familias Católicas en Europa (FAFCE), y el presidente de
Cáritas, Manuel Bretón, entre otros. Como novedad, esta edición se ha celebrado
con la colaboración del Instituto
CEU de Estudios de las Adicciones. Además, con el fin de
facilitar la asimilación de los contenidos, se han organizado sesiones por
grupos de especialidades, para que los estudiantes puedan actuar como difusores
entre sus iguales. Asimismo, como prolongación del congreso, durante esa
semana, varios expertos visitarán algunas aulas de Montepríncipe, para informar
y concienciar a estudiantes de las ramas biosanitarias.