En el
marco del programa de Ciencia y Tecnología de la Salud de la Escuela
Internacional de Doctorado CEU (CEINDO), la doctoranda Liliana Cabo
ha elaborado la tesis 'Seguimiento Dietético y Nutricional en mujeres
pacientes de cáncer de mama o colorrectal. Influencia en la calidad de vida',
dirigida por las profesoras del Grado en Nutrición, María Achón y Tuñón
y María Purificación González González. Un estudio que pretende
valorar de forma integral todos los factores dietéticos, desde el propio
momento del diagnóstico, antes de iniciar el tratamiento, y hasta un tiempo
después.
“Son
muy escasos los estudios de seguimiento dietético y nutricional en pacientes
oncológicos que valoren de forma integral todos los factores”, señala
la alumna, quien explica que “en España, la atención clínica de los
pacientes con cáncer se centra ya en estados de desnutrición severa, una vez
avanzada la patología, pero no en el momento del diagnóstico, ni en los
primeros meses después del mismo, limitando los beneficios de una intervención nutricional
temprana”.
En
este sentido, apunta, “este hecho cobra especial relevancia en el caso de
algunos tipos de cáncer con elevadas cifras de incidencia como son el cáncer de
mama (26,5%) y el cáncer colorrectal (11,5%), que afectan en gran medida a las
mujeres”. En su tesis, Liliana subraya que, en estos tipos de
cáncer, “seguir las recomendaciones dietéticas específicas y estilos de vida
pueden mejorar el estado nutricional, asociado con una mejor calidad de vida de
las pacientes en el corto y medio plazo”.
Para
probar esta hipótesis, ha llevado a cabo un estudio a 14 mujeres recién
diagnosticadas de cáncer colorrectal, y 76 mujeres recién diagnosticadas de
cáncer de mama. Estas acudían a la Unidad de Oncología del Centro Médico de
Asturias, o a la HUCA – Unidad de Cirugía General del Hospital Central
Universitario de Asturias en el Principado de Asturias, comunidad con mayores
cifras de mortalidad por cáncer en mujeres españolas. Durante el estudio, se hicieron
tres evaluaciones nutricionales: al diagnóstico, a los 6 meses, y a los 12
meses tras el diagnóstico, incluyendo información sobre su historia clínica y
dietética, antropometría, dinamometría e impedancia, actividad física, análisis
bioquímico y calidad de vida.
Al final del estudio, Liliana comprobó que las
pacientes presentaron malnutrición por exceso durante todo el seguimiento, sin
mejorar su composición corporal, ya que algunas presentaban sobrepeso. La dieta
resultó desequilibrada a lo largo del estudio, con deficiencias preocupantes de
nutrientes críticos para las mujeres, especialmente cuando se encuentran
diagnosticadas de cáncer, como son el folato, la vitamina D y el calcio; aunque
sí se cubrían de forma razonable las recomendaciones de ingesta de alimentos de
origen vegetal para pacientes con cáncer. Asimismo, mejoraron algunos estilos
de vida a través de la reducción del sedentarismo y del tabaco, aunque no del
consumo de alcohol.
Para finalizar su tesis, la alumna concluye que “de
forma muy interesante, transcurridos 12 meses tras el diagnóstico de la
patología, aquellas pacientes con mayor adherencia a las recomendaciones de
estilos de vida específicas para pacientes con cáncer (WCRF), especialmente a
las relativas a la actividad física, presentaron una mejor calidad de vida”.