La OMS ha descrito ya la miopía como una
pandemia que afectará cada vez a más jóvenes y niños. Los investigadores David Baeza y Roberto
Alonso González Lezcano, del Grupo
ARIE -Arquitectura Instalaciones eficientes- de la Escuela
Politécnica Superior han publicado
recientemente en la revista Energies un artículo titulado: ‘Pandemic of Childhood Myopia. Could New Indoor LED Lighting Be Part of the Solution?’- Pandemia de miopía
infantil. ¿Podría una nueva iluminación de interiores ser parte de la solución?
En
este sentido, están desarrollando un modelo de iluminación con una nueva
distribución espectral de luz en el visible que se parezca lo máximo posible a
la de la luz natural para intentar colaborar en la solución de este problema.
Baeza explica que “el avance tecnológico
en el mundo de la iluminación está haciendo posible que cada vez haya más picos
de emisión LED monocromáticos y debido a ello, se puedan crear distribuciones
espectrales de luz visible cada vez más parecidos a la luz natural”.
Además, detalla que recientes investigaciones afirman que la insuficiencia de
luz que reciben los niños en interiores y la falta de la parte del visible de
longitud de onda más corta -azul y violeta- en dicha iluminación, podría ser
una de las causas de la pandemia de miopía.
“La
existencia de una pandemia de miopía que no para de crecer es un hecho
incuestionable para las autoridades sanitarias de todo el mundo. Hay múltiples
estudios sobre la incidencia de la miopía a nivel mundial en función de
parámetros étnicos y geográficos hablándose de una prevalencia de miopía de un
80-90% en adultos jóvenes y de un 10-20% en alta miopía de la población urbana
en el este de Asia, especialmente en China, Corea del Sur, Taiwán y Singapur y
más de un tercio de la población de los Estados Unidos de Norte América”, relata
el investigador.
La miopía se ha asociado con el incremento
del riesgo de comorbilidades tales como desprendimiento de retina, degeneración
macular, aparición temprana de glaucoma. Los datos pueden variar en función de
las fuentes, pero el problema social y sanitario es de grandes dimensiones. “En Europa aún no se alcanzan estos niveles,
pero el porcentaje de niños y adolescentes con miopía se sigue incrementando”,
detalla Baeza.
Según explican los investigadores, “hay un creciente número de artículos que
plantean que la insuficiencia de luz como posible causa de los crecientes
niveles de miopía infantil en todo el planeta. Los niveles de iluminación al
aire libre suelen ser de media más de 100 veces superiores a la que recibimos
en interiores”. Además, la composición de la luz de la iluminación interior
también ha estado muy alejada de la de la luz natural debido a las limitaciones
de emisión de las luminarias existentes hasta ahora y por la absorción por
parte de los cristales de parte de la luz que entra desde el exterior. En este
sentido, están trabajando en un tipo de luz de interiores lo más parecida a la
natural.
Asimismo, tal y como este grupo ha descrito en
anteriores publicaciones, “las
diferencias en cantidad y proporciones de la luz recibida en interiores afectan
al equilibrio de nuestros ciclos circadianos y, por tanto, nuestro estado de
ánimo y al funcionamiento de nuestros órganos internos”.