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La identidad iberoamericana existe y a ella debemos la aceptación del mestizaje como un valor básico de las sociedades multiculturales

11/10/2012

¿Cabe hablar en el siglo XXI de la pervivencia de lo iberoamericano? La respuesta, a juicio del profesor del Instituto Estudios de la Democracia de la Universidad CEU San Pablo, Juan Carlos Jiménez Redondo, debe ser afirmativa. “La identidad iberoamericana sí existe”, afirma. En este sentido, este investigador recalca que, pese a que el contexto político y económico obligue a enfatizar la esencia europea y mediterránea de España, es indudable que “España tiene una identidad americana, que la conecta no sólo con las repúblicas de habla española y portuguesa, sino también con Estados Unidos”.
 

Jiménez Redondo, que dirige la investigación titulada ‘El pluralismo identitario iberoamericano’, cifra en tres los factores en que se sustenta esta identidad americana de lo español. La más “sustantiva” sería la de orden cultural, dentro de la cual se integran una lengua común, estilos de vida y un “sistema de valores comunes que por primera vez aceptó, con todos los problemas y limitaciones que se quieran poner, el mestizaje como un valor básico de las sociedades multiculturales. Hasta el extremo de hacer de este concepto la aportación esencial del modo de ser iberoamericano”, señala. A esto hay que añadir la fuerte ligazón histórica y un componente social y político que se sustancia en “la cooperación, la solidaridad, la democracia y los derechos humanos”.


En la actualidad, esta realidad ya pluricentenaria de lo iberoamericano quiere ser contrarrestada por el discurso bolivariano de líderes como el venezolano Hugo Chávez. Éste “intentó institucionalizar un proceso de integración parcial que expulsara la influencia tanto de Estados Unidos como, en menor medida  de España”, expone el investigador. De momento, este propósito parece más retórico que real, pues “Venezuela ha seguido vendiendo su petróleo a Estados Unidos y no ha puesto excesivas trabas a las inversiones españolas”, pero ello no quita que el discurso haya calado en amplias capas de la población, propagando una “imagen de España como potencia neocolonial que sigue pretendiendo la explotación económica del subcontinente”.  Como expone Jiménez, este tipo de relato se enmarca en la “lógica histórica de la izquierda latinoamericana basada en la  permanente culpabilización del pasado como explicación de los males del presente”. Pero, con todo y con ello, la realidad es que “ese socialismo del siglo XXI todavía no se ha articulado con claridad en un proyecto político concreto excluyente de lo español”, vuelve a matizar este profesor universitario.
 

Por otro lado, Jiménez Redondo también considera que la idea de España como enlace de los países occidentales con los latinoamericanos es un valor que, pese a haber tenido su utilidad en décadas pasadas, ya ha quedado superado. Por ello, recomienda contemplar la realidad iberoamericana desde “la idea de comunidad entre socios que pueden avanzar mucho en determinados campos. La indudable expansión de la presencia internacional de los estados latinoamericanos marca esa evolución y la hace, seguramente, definitiva”, destaca.
 

Palabras clave Juan Carlos Jiménez Redondo Instituto de Estudios de la Democracia de la Universidad CEU San Pablo Iberoamérica Hispanidad Hugo Chávez Bolivarianismo