Las
lesiones nerviosas que afectan al nervio ciático provocando neuropatía
periférica y dolor crónico pueden causar al mismo alteraciones de la conducta y
cambios neuroquímicos notables en la corteza cerebral, según resultados
publicados en un artículo en la revista Neuroscience. Por su parte, también una dieta con alto contenido
en grasas potencia la ansiedad y el dolor, aunque de una forma más débil que no
llega a incrementar significativamente la magnitud de los efectos provocados
por la neuropatía.
Los
resultados obtenidos son el fruto de una colaboración entre investigadores del Grupo de Neurofarmacología de las Adicciones
y los Trastornos Degenerativos de la Universidad CEU Pablo (NEUROFAN) y
del Grupo de Investigación de Alto
Rendimiento en Farmacología Experimental de la Universidad Rey Juan Carlos
(PHARMAKOM). Los trabajos fueron realizados principalmente por la Dra. Carmen Rodríguez Rivera
en ambas universidades con la participación de los profesores Rocío Girón, Eva Sánchez, Carmen González, Carlos Goicoechea y Luis Fernando Alguacil.
Los
hallazgos publicados en Neuroscience refuerzan la idea de que “una dieta
saludable podría prevenir o limitar las patologías psiquiátricas con un
componente de ansiedad y ayudar a mejorar el control del dolor; en cuanto a la
neuropatía periférica, los resultados obtenidos abren también nuevas
perspectivas terapéuticas basadas en la aparente acción neuroprotectora de la
clusterina para este mismo tipo de trastornos de ansiedad que acompañan al
dolor crónico”, explica el catedrático de Farmacología de la CEU USP, Luis
Fernando Alguacil.
Los
investigadores han empleado “un modelo animal con el fin de comprobar si la
neuropatía y la obesidad se potencian entre sí para producir estos cambios, y
si ellos afectan a la corteza prefrontal del cerebro, un área estrechamente
implicada en la atención, la memoria, la toma de decisiones y el control de las
emociones”, tal y como detalla el profesor Alguacil.
De
acuerdo con la hipótesis de trabajo, se observó que tanto una dieta rica en
grasa como una lesión del nervio ciático incrementaban determinadas conductas
relacionadas con la presencia de ansiedad y aumentaban el dolor inducido por
estímulos mecánicos, si bien lo hacían de forma independiente. En este sentido,
“la neuropatía tiene efectos muy potentes y llega a provocar una
reorganización neuroquímica de la corteza prefrontal afectando a los niveles de
clusterina, una proteína que parece movilizarse en un intento de limitar los
daños cerebrales asociados al dolor crónico”, precisa Alguacil.
Los grupos de
investigación implicados comparten intereses en el campo del dolor y utilizan
para su estudio técnicas complementarias, lo que ha posibilitado este proyecto
conjunto con la financiación del Plan Nacional de I+D, el Banco de Santander y
la Fundación Española del Dolor.