Según el último informe ‘Mortalidad por
covid-19 y sus efectos: balance provisional hasta finales de 2022’, elaborado por el Observatorio Demográfico CEU,
adscrito a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación, el Ministerio de Sanidad comunicó 108.142 muertes
por covid, frente a las 135.917 recogidas por el INE. Una diferencia de 27.875 fallecidos
a causa de este virus.
Tal y como se recoge en este estudio del
Observatorio dirigido por Joaquín Leguina, y cuyo coordinador es Alejandro
Macarrón, en 2020 España habría tenido la mayor tasa de mortalidad
por covid-19 por millón de habitantes de Europa, algo en línea con el hecho de
que la esperanza de vida registró en España la mayor caída de toda Europa -con
la Comunidad de Madrid como la región española y europea con un descenso más
abultado-, según Eurostat.
En
los años 2021 y 2022, aunque todavía terribles para nuestro país en materia de
covid-19, los fallecimientos han sido menores, lo que ha permitido una
apreciable recuperación de la esperanza de vida. En cuanto a los casos de
fallecimientos con sospecha de covid-19, pero sin confirmación de presencia del
virus, se dieron casi todos en 2020, cosa lógica
dada la mucha menor disponibilidad entonces de test de detección del agente
patógeno y, muy en especial, en los primeros meses de la pandemia. Durante
aquellos meses los servicios sanitarios quedaron completamente desbordados por
la avalancha de casos.
España y Madrid, a la cabeza
en caída de esperanza de vida en 2020
España
registró en 2020 la mayor caída de la esperanza de vida en la Unión Europea.
Este es el indicador que mide mejor el impacto del covid-19 en “años de vida
truncados” que el número de muertes, pues el número total de estas y su tasa
por mil están muy afectados por el volumen y porcentaje de población anciana.
En
diversos países y regiones, donde la pandemia en 2020 fue especialmente
intensa, en 2021 tuvo efectos algo menos “duros”, como en España, Bélgica o
Suecia. Y viceversa. Hubo países y regiones en los que, en 2020, o cuando menos
en su primera (y gran) ola, no hubo una mortandad tan alta como en los lugares
más afectados, en los que 2021 fue mucho peor (por ejemplo, Alemania, Portugal,
Hungría o Chequia). Cabe pensar que, a los países y regiones del segundo grupo,
el haber capeado relativamente bien el temporal en las primeras olas les pudo
dar cierto exceso de confianza -tanto a las autoridades como a su población-,
lo que pudo llevarles a “bajar la guardia”, si bien esto es solo una conjetura
por nuestra parte.
El
primer año de pandemia fue especialmente dramático en la Comunidad de Madrid,
la región que tenía antes de llegar el covid la mayor esperanza de vida de
Europa y posiblemente del mundo (era superior a la de cualquier prefectura de
Japón, el país a la cabeza del mundo). Como consecuencia del covid, Madrid
experimentó el mayor retroceso de esperanza de vida de España y Europa, seguida
de Castilla La Mancha, si bien en 2021, al ser la mortalidad por covid en
Madrid mucho menor que en 2020, se recuperó la mayor parte de la esperanza de
vida perdida en aquel infausto año 2020.
Bajón temporal en la
natalidad
Cuando
empezó la pandemia, con el primer confinamiento severo, se planteó la hipótesis
de que habría una explosión de nacimientos a los nueve meses, por estar mucho
más tiempo juntas las parejas en casa. A las pocas semanas, se empezó a augurar
lo contrario, por la crisis económica que se dibujaba como consecuencia del
parón de la actividad económica. Y hubo quien especuló con que eso tendría
efectos duraderos a la baja en la natalidad.
Lo
que se ha observado en España y otros países del sur de Europa ha sido una
caída muy fuerte de los nacimientos a partir de los 8 – 9 meses del inicio del
primer confinamiento, que duró dos o tres meses, seguida de una recuperación a
la tendencia anterior, esto es, a un suave y persistente goteo a la baja. Curiosamente,
en diversos países europeos al norte de Francia, se observa una pauta distinta:
incremento de nacimientos de niños concebidos tras empezar la pandemia en 2021,
seguido de un fuerte bajón en 2022. Tal ha sido el caso de Alemania, Holanda y
los países escandinavos.
A lo largo de
este estudio también se recogen datos sobre las defunciones en residencias de
mayores; la sobremortalidad por descuido en los tratamientos, colapso
hospitalario y restricciones durante meses posteriores; la influencia de las
vacunas en la mortalidad y la sobremortalidad en 2022.
Sobre el Observatorio Demográfico CEU
La
evolución demográfica de España resulta cada vez más preocupante, con un grave
problema de falta de nacimientos y envejecimiento social que está deteriorando
progresivamente su salud demográfica. Para concienciar a la sociedad de las
causas y las consecuencias de la baja natalidad, el Observatorio Demográfico
CEU, adscrito a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Comunicación de la
Universidad CEU San Pablo, quiere dar visibilidad a la evolución demográfica,
con la búsqueda de propuestas y cambios sociales y legales que faciliten un
aumento de la tasa de fecundidad.
La actividad principal
del Observatorio es la elaboración de informes sobre la evolución general de la
demografía española y de informes monográficos sobre temas concretos de amplio
calado, sin perjuicio de otros documentos puntuales de menor entidad.