Los
españoles pasan una media de once horas delante de móviles, ordenadores o
tablets y, a veces es lo primero que miramos al despertar o antes de dormir,
según un informe realizado por la plataforma digital ‘Empantallados’, elaborado
por GAD3 a 1400 familias españolas. Estos dispositivos emiten luz azul que podría tener efectos nocivos
sobre la salud. Los profesores de Química y
Bioquímica, David
Baeza Moyano, y de Arquitectura Roberto González, junto con la profesora de la
Universidad de Barcelona Yolanda Sola, han publicado un estudio en la
revista ‘Energies’ en el que comparan la emisión de luz azul de LED de
distintos equipos electrónicos con la luz solar en el mismo rango para analizar
sus posibles efectos no deseados.
“La
medición de la intensidad de luz azul que llega realmente hasta nuestros ojos
de los equipos electrónicos, realizada con un espectroradiómetro de alta
precisión, muestra que las emisiones de los dispositivos analizados son
significativamente inferiores de la intensidad que podemos recibir del cielo en
el mismo rango espectral en condiciones claras y nubosas”, explica el profesor Baeza.
Estos
investigadores realizaron medidas precisas tomadas de fuentes artificiales
reales a las distancias a las que se utilizan dichos equipos. Han estudiado la
emisión de 10 dispositivos electrónicos diferentes y ponderado, de acuerdo con
el peligro causado por la luz azul a los ojos, para comparar los resultados con
la radiación solar simulada con un modelo de transferencia radiativa. “Los
resultados de intensidad no difieren de los publicados en investigaciones
previas. La novedad de este estudio ha sido la comparación con la cantidad de
luz en el mismo rango que recibimos del sol y el planteamiento de sus posibles
efectos no deseados a nivel sistémico de la luz que entra a través de nuestros
ojos”, detalla Baeza.
Aunque
la emisión de luz azul de los dispositivos medidos no mostró valores altos para
que pudiera ser un motivo de preocupación como posible causa de enfermedades
oculares, “estos niveles podrían influir en los ritmos circadianos y en la
calidad del sueño”, matiza el profesor Baeza.
Así
alude a que “investigaciones anteriores desarrolladas con niños y
adolescentes aseguran que estar frente a los equipos electrónicos más 4 o 5
horas pueden tener como consecuencia no llegar a dormir 5 horas durante la
noche”. En concreto, “recibir esta pequeña cantidad de luz azul a partir
de las ocho de la tarde, momento biológico de comienzo de la secreción de
melatonina, la neutraliza y demora el proceso de comienzo de adaptación del
cuerpo al descanso nocturno hasta la finalización de la recepción de dicha luz.
Hay que tener en cuenta que la melatonina se produce en condiciones de total
oscuridad”, precisa David Baeza.
En
este sentido, La cantidad de luz azul emitida por los equipos electrónicos en
sí misma podría no ser el problema; sino si se recibe de manera excesiva por
los efectos de dependencia a los equipos electrónicos y de manera inadecuada a
partir de la puesta de sol al poder alterar nuestros ciclos circadianos y
afectar al tiempo y calidad del sueño.
Hasta
este momento, las regulaciones de seguridad de la luz azul se centran en los
efectos visuales y la eficiencia energética. Publicaciones recientes del Comité
Internacional de Iluminación (CIE) hacen referencia a los efectos no visuales
de la luz que entra a través de nuestros ojos y las consecuencias de una
recepción inadecuada de la misma.
David
Baeza Moyano, Yolanda Sola, Roberto Alonso González Lezcano. Blue-light levels
emitted from portable electronic devices compared to sunlight. Energies. 2020, 13, 4276; doi:10.3390/en13164276