El Ministerio de Ciencia e
Innovación, dentro del Plan Estatal de Investigación Científica,
Técnica y de Innovación, enmarcado en el Plan de Recuperación,
Transformación y Resiliencia ha concedido a los investigadores del Grupo
CEU PRONAT -dedicado al estudio de Productos Naturales- Nuria Acero de
Mesa, Dolores Muñoz Mingarro y el investigador en formación
Antonio Canoyra, un proyecto titulado: 'Cultivo
sostenible de bayas de Corema album (L.) D. Don en el entorno de Doñana y su
impacto en la salud humana'. En él, trabajarán junto con investigadores
de la Universidad de Barcelona, la Universidad de Sevilla, el Instituto Andaluz
de Investigación y Formación Agraria, Pesquera, Alimentaria y de la Producción
Ecológica, y la empresa Flor de Doñana S.L.
El objetivo fundamental es
optimizar un protocolo de multiplicación y trasplante de la Camariña, para su
conservación y cultivo sostenible encaminado a su empleo en la industria
alimentaria, farmacéutica y cosmética. Esta planta, que produce bayas
comestibles de color blanco, no se ha conseguido cultivar hasta el momento.
Juan Ramón Jiménez, en ‘Platero y
yo’, nombraba estos frutos como "las perlas" de Doñana, según
relatan los miembros del grupo de investigación. "Las camarinas,
esas perlas comestibles que llenaron toda mi infancia. Esas camarinas
blanquiverdes, con su semilla negrita transparentándose, tan redonditas, tan
perfectitas, riquísimas de su sabor acidoso, esas preciosas camarinas de la
playa que sólo crían en Moguer, según la Academia, y son todas para ti y para
mí y para los carabineros, los fareros y los pobres que vienen de Sanlúcar por
las playas de Castilla", Juan Ramón Jiménez, 'Platero y yo'.
En los laboratorios de la
Universidad se van a analizar sus propiedades medicinales: "Nosotros, en
el CEU, concretamente, queremos poner en valor su potencial farmacológico ya que
tienen una actividad antioxidante muy potente. Son frutos que se han consumido
en la zona de forma tradicional; pero al no cultivarse, hoy en día apenas se
conocen", relata Acero de Mesa. Además, apunta, "esta planta necesita
muy poca agua para crecer, lo que supone una ventaja ecológica para su cultivo".