La internacionalización de los futuros arquitectos es esencial en los planes de formación de la Universidad, que cuenta con numerosos programas en los que se ofrece a los estudiantes la posibilidad de realizar una parte de sus estudios en universidades extranjeras.
Uno de los proyectos clave en la formación de los alumnos es el que se lleva desarrollando desde hace diez años entre la Universidad de Zhejiang (China) y la Escuela Politécnica Superior. Concretamente, ya suman más de 500 los estudiantes del Grado en Arquitectura, que han trabajado en diferentes proyectos con la universidad china colaborando e intercambiando experiencias.
Entre los proyectos que se han llevado a cabo destacan algunos como el diseño de uno de los complejos urbanos de la nueva ciudad Este de Hangzhou; la implantación de un nuevo programa de actividad económica vinculado a la innovación empresarial y a los usos comerciales en Madrid Río; el diseño del Museo para el Club Xiling, dedicado a los sellos de piedra en el parque de humedales Xixi en Hangzhou, o la revitalización del pueblo de Denggao, con la inserción de nuevos programas para atraer tanto a turistas como nuevos residentes.
Durante el último curso 2017/2018 los estudiantes del Grado en Arquitectura de las dos universidades han trabajado en un proyecto arquitectónico basado en la ampliación de la academia budista del templo Lingyng, en la ciudad de Hangzhou. El trabajo, que tiene como objetivo la colaboración conjunta sobre un mismo ejercicio entre dos grupos de estudiantes de diferentes culturas y nacionalidades, trata de comparar las distintas formas de trabajar teniendo en cuenta el modelo arquitectónico de cada país. Una vez finalizado el estudio, la experiencia internacional sirve a los alumnos para su proyecto de fin de carrera.
En este sentido, el secretario del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Escuela y coordinador de este proyecto, Eduardo de la Peña, ha explicado que “este año se ha trabajado en la ampliación de la academia budista de Hangzhou, a petición de la Universidad china. La elección de cada ejercicio se hace conforme a criterios de oportunidad, pero siempre buscando provocar el intercambio cultural, expresando cuestiones propias de cada país y fomentando el debate sobre temas de actualidad globalizada”.
Y es que el proyecto se ha desarrollado en dos fases. Durante la primera de ellas los estudiantes chinos han viajado a Madrid, donde han podido compartir con los alumnos españoles sus diferentes visiones sobre los modelos arquitectónicos para así empezar a trabajar en el desarrollo del ejercicio. En la segunda fase, los estudiantes españoles se han desplazado hasta China para terminar el proyecto y debatir los resultados. Allí, se han presentado los trabajos finales llevando a cabo exposiciones para promover el debate y el enriquecimiento mutuo.
Alumnos chinos y españoles comparten sus experiencias
Para Liu Ce, uno de los alumnos de la Universidad de Zhejiang, este proyecto promueve la comunicación entre estudiantes españoles y chinos y, destaca que “se puede aprender mucho, tanto del modo de trabajo como de las preocupaciones de los diferentes países”.
La estudiante española Irene Coca cree que trabajar en un proyecto de estas características supone un desafío: “No conocemos en profundidad su cultura, religión o costumbres, por lo que hay que estar muy atento a los detalles y tomar muchas referencias”. Además, asegura que el proyecto le servirá para ampliar sus horizontes laborales y poder iniciar su carrera profesional en el extranjero, uno de sus deseos.
“La Universidad de Zhejiang y su Escuela de Arquitectura están entre las 5 primeras del ranking oficial del país y es, además, una de las instituciones más prestigiosas y antiguas de educación superior en China, lo que enriquece aún más la calidad educativa y formativa de los jóvenes”, destaca el coordinador del proyecto.
Ding Yi es otro de los alumnos que ha podido disfrutar de este intercambio. Él cree firmemente que este proyecto le ayudará en su carrera profesional: “Pienso que me servirá especialmente en la generación de conceptos y en cómo profundizar en un esquema y pensar en la arquitectura de forma lógica para poder entender realmente la influencia del Budismo en la cultura arquitectónica”. En este sentido, Carlos González ve enriquecedoras las diferencias entre la arquitectura tradicional de los templos y la arquitectura moderna a través de la tecnología y argumenta que “esto va a conseguir una arquitectura intermedia en un futuro que será muy interesante”.
Tras la presentación del proyecto todos han coincidido en que la aportación de ambas culturas tiene un papel fundamental en el mismo. La estudiante Wang Qiaowei cree que los alumnos chinos piensan más sobre la religión y cómo aplicar los elementos budistas en la arquitectura, mientras que los alumnos españoles se centran más en los detalles y el uso actual. Además, destaca que “el dibujo a mano alzada de los estudiantes españoles es realmente fantástico”.