Creo que la Iglesia en España comunica bien pero que la comunicación también es mejorable". Así ha comenzado el presidente de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social, Ginés García Beltrán, su intervención en la presentación del libro de CEU Ediciones “Los retos del comunicador católico”, coordinado por los periodistas Rafael Ortega y Álvaro de la Torre.
García Beltrán ha señalado que la misión del comunicador católico se articula en una doble dirección. En primer lugar, llevar a la sociedad la imagen y el verdadero rostro de la Iglesia, el cual alega que en varias ocasiones se ha visto desfigurado. Y, en segundo lugar, los retos del comunicador católico pasan por llevar al centro de la Iglesia los avances del ámbito de la comunicación. Además, ha recalcado que como comunicadores católicos es indispensable comunicar siempre verdad con caridad.
A lo largo de su intervención también ha hecho referencia al papel de la Iglesia dentro del amplio panorama que abarca la comunicación. En este sentido ha citado a San Pablo VI, quien decía que la Iglesia existía para evangelizar. Ginés García Beltrán parafraseó sus palabras y señaló que evangelizar no era más que comunicar, por tanto, la Iglesia existía para comunicar. Asimismo, ha recordado que la misión del comunicador católico no es comunicar cosas, sino comunicar a Jesucristo, por lo que su tarea es un proyecto, un estilo y una tarea evangélica y apostólica. Las nuevas tecnologías y su impacto en el proceso de comunicación también fueron temas que García Beltrán quiso destacar en su intervención.
En la presentación del libro, que tuvo lugar en el Colegio Mayor Universitario de San Pablo, también intervinieron el presidente de la Asociación Católica de Propagandistas, Alfonso Bullón de Mendoza, la directora de CEU Ediciones, Ana Rodríguez de Agüero, y uno de los coordinadores del libro y director del Congreso Católicos y Vida Pública, Rafael Ortega. Este último ha recordado unas palabras de San Juan Pablo II para referirse así a la verdadera esencia del periodismo: “El periodismo no se puede guiar por los beneficios ni por los intereses particulares”.