El peso demográfico de Europa en la
población mundial ha ido disminuyendo desde que comenzase el siglo XX, pasando
del 25% en 1900 a menos del 10% en la actualidad. Europa está envejeciendo,
menguando en población autóctona y aumentando en “multiculturalidad”
demográfica. La principal causa es una fecundidad de las europeas mucho menor
de la que necesita para el relevo generacional: 2,1 hijos por mujer. Así lo
recoge el último estudio elaborado por el Observatorio Demográfico CEU: ‘Demografía del
Viejo Continente, que es hoy el continente viejo’, dirigido por Joaquín Leguina,
catedrático emérito de la Universidad CEU San Pablo, y coordinado por Alejandro Macarrón, consultor y analista demográfico.
Europa,
con más muertes que nacimientos desde hace décadas, tiene el peor saldo
vegetativo del mundo y se sitúa en una tasa de fecundidad bajísima, con España
en la zona de cola. En 2020, en la Unión Europea, la fecundidad fue de 1,50
hijos por mujer y en España de solo 1,19. La pandemia apenas influyó en que
este nivel fuera tan bajo, ya que en 2019 este indicador solo rozó los 1,53
hijos por mujer.
Según
se desprende del informe con una fecundidad tan baja, la población europea
autóctona está abocada a menguar y envejecer por falta creciente de savia
joven, como ya está sucediendo. Una media de 1,50 hijos por mujer significa que
la siguiente generación de europeos sería casi un 30% menor que la anterior. En
el caso de España, un nivel de 1,19 hijos por mujer implica nuevas generaciones
de un tamaño numérico casi 45% inferior que las actuales.
Asimismo,
el informe señala que, por ser la fecundidad europea muy inferior a la de
reemplazo, la población de Europa está abocada a menguar en población autóctona.
Sin nueva inmigración, Europa pasaría de algo menos de 750 millones de personas
ahora -incluida Rusia-, de las que no más de 700 millones son de raíces
familiares europeas, a algo más de 500 millones hacia 2100; la UE, en concreto,
perdería el 35% de la población. Por lo contrario, con más inmigración, estaríamos
encaminados a una menor pérdida de población y a una ‘multiculturalidad’
creciente, por la llegada de más africanos, sobre todo, además de asiáticos y,
en mucha menor medida, de iberoamericanos, con riesgo de ‘libanización’ y
fracturas sociales.
España perdería población y peso demográfico en el futuro
El
escenario de proyecciones demográficas de Eurostat sin migraciones indica lo
que pasaría con la población que hay en la Unión Europea sin adiciones ni
reducciones por flujos migratorios: la UE perdería muchos habitantes a lo largo
de este siglo XXI, más de un tercio de su número actual. España, uno de los
países más poblados de Europa, sería, junto a Italia, el país que sufriría una
mayor merma de población, en torno a la mitad de la actual: de 47,3 millones a
24,6.
Dentro
de 40 años, Alemania dejaría de ser el país más poblado de la UE, sobrepasado
por Francia (que hoy cuenta con 16 millones menos de habitantes). La razón es
la mayor tasa de fecundidad francesa durante las últimas décadas, debida, en parte,
a su abundante inmigración magrebí, cuyo número medio de hijos por mujer es
superior al de los franceses o alemanes sin raíces familiares foráneas. En
cuanto al porcentaje de mayores de 65 años, en la UE pasaría del 20% actual al
35% en 2100, año en el que rondaría el 40% en España e Italia.
Observatorio Demográfico CEU
El Observatorio
Demográfico CEU, perteneciente a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la
Comunicación de la Universidad CEU San Pablo, pretende hacer inteligibles los
complejos mecanismos psicosociales que están detrás de la evolución de los
fenómenos demográficos, y alertar a la sociedad española de los desequilibrios
que entraña para su sostenibilidad la reducción creciente del número de niños y
jóvenes que origina un número de hijos por mujer muy inferior al necesario para
el relevo generacional.