El Centro Internacional
de Arbitraje, Mediación y Negociación (CIAMEN) del Real Instituto Universitario
de Estudios Europeos (RIEE) de la CEU USP, ha organizado un año más la Conferencia
Internacional Hugo Grocio, un foro académico en el que se expone un tema actual,
de interés práctico y académico, dentro del mundo del arbitraje comercial y de
inversiones.
En esta XIV edición han contado
con la presencia de Claudia Salomon, presidenta de la Corte Internacional de
Arbitraje (ICC). Le acompañaron en la mesa presidencial Jordi Sellarés Serra, secretario general de ICC España; José María Beneyto, director del CIAMEN, y Marta
Martini, coordinadora del mismo.
El título que la invitada
ha escogido para la conferencia: Swords into Plowshares: Political Kitsch or
Purpose, se traduce al español como 'espadas en arados: propaganda o meta',
haciendo referencia al libro de Isaías (2:4), donde las espadas se transforman
en arados, como una buena metáfora de la búsqueda de la resolución de disputas
de manera pacífica. Este espíritu se ve reflejado no sólo en la obra de Hugo
Grocio: De Jure Belli ac Pacis, personaje en el que se inspira el evento,
sino que también en la propia Corte Internacional de Arbitraje, institución a
la que se adscribe Salomon.
La ponente inició la
conferencia hablando de la vida de Hugo Grocio, apuntando que “sus escritos
han conformado el pensamiento moderno sobre las relaciones internacionales -y
la resolución de disputas internacionales- durante casi 400 años”. Continuó
apuntando que Grocio introdujo la novedosa idea de que la defensa y la
restitución de las cosas son causas justas de guerra, ya que se puede presentar
una demanda para defender la propiedad o para que devuelvan algo que te
pertenece. Por ello, el arbitraje ha sido utilizado durante cientos de años,
pero especialmente desde el siglo XVIII, para resolver disputas entre naciones.
Dada la creciente
importancia del arbitraje, Salomon prosiguió su recorrido cronológico con la historia
de la Corte Internacional de Arbitraje, fundada en 1919 tras la I Guerra
Mundial, y cuya sede está en París. Para la ponente, el papel tan relevante de la
ICC resta en dos aspectos: “que ha facilitado el comercio transfronterizo y
ha creado un medio pacífico de resolver las disputas entre Estados, disputas
que de otro modo podrían desencadenar o justificar la guerra en tiempos de
Grocio”.
Finalizó su intervención analizando
los retos a los que se enfrenta el arbitraje en el futuro, como, por ejemplo,
si el proceso de arbitraje que conocemos hoy es adecuado para los litigios de
mañana, y si en este nuevo entorno empresarial podremos seguir cumpliendo
nuestro propósito, o en palabras de Salomon: “convertir las espadas en
arados, promover la paz y la prosperidad”.