Ignacio Blanco, profesor de Periodismo de la Universidad CEU San Pablo, señala diferentes herramientas para combatir las noticias falsas y anular su perjuicio social:
1. Con la acción de los medios de comunicación profesionales. El periodismo está llamado a vivir una nueva edad de oro al convertirse en la única referencia de los hechos contrastados y comprobados.
2. Con el poder legislativo. Los estados tienen la capacidad normativa para acabar con la impunidad con la que se actúa en el entorno digital. Por ejemplo, ya existe la tecnología que permite identificar a los internautas mediante la huella digital. Gran parte de los delitos, faltas y conductas inadecuadas en Internet se amparan en el anonimato, de manera que, sin conculcar derechos fundamentales como la libertad de expresión, sí es posible legislar para reducir la propagación de contenidos manifiestamente perniciosos para la calidad democrática.
3. Con la tecnología. Las grandes corporaciones tecnológicas tienen que ser actores proactivos en la lucha contra la propagación de noticias falsas a través de las redes sociales. Los algoritmos de las grandes plataformas digitales y la Inteligencia Artificial resultarán herramientas decisivas para erradicar este fenómeno. Sin su colaboración, cualquier intento será infructuoso.
4. Con la investigación académica. El número de proyectos de I+D+i, redes de investigación y autores ha crecido exponencialmente desde 2017, pero aún falta mucha investigación primaria por hacer. Por ejemplo, son necesarios más experimentos con diferentes grupos sociales para conocer cómo se comportan los usuarios ante la recepción de una fake news. Igualmente, necesitamos más estudios de caso y análisis de contenido de noticias falsas para conocer la naturaleza del emisor, el canal de difusión, el contenido de los mensajes, las vías de propagación, el lenguaje o los temas más frecuentes.
5. Con la alfabetización mediática. Debemos formar a los jóvenes en el uso responsable y crítico de la comunicación social. Los contenidos ya no se distribuyen a través de canales verticales y unidireccionales por un emisor conocido y confiable, como los periodistas, sino a través de redes horizontales y multidireccionales en las que cualquier emisor no identificado tiene la capacidad de alcanzar a grandes masas de público. Por ello, es necesario inculcar en las nuevas generaciones el pensamiento crítico que les convierta en ciudadanos autónomos y responsables, capaces de discernir contenidos nocivos y de identificar la naturaleza y la fuente de procedencia de los mensajes.
6. Con la responsabilidad individual. Si una noticia importante no la están cubriendo los medios de referencia hay que desconfiar de ella. Cuando recibimos una fake news, nuestra responsabilidad como ciudadanos es no contribuir a su propagación a través de nuestras redes privadas como WhatsApp. Ciertas redes sociales como Facebook o Twitter ofrecen la posibilidad de denunciar las noticias falsas que recibimos, y las nuevas plataformas de verificación digital -Maldito Bulo y Newtral- reciben denuncias de los ciudadanos a partir de las cuales desmontan muchas de las falsedades que circulan por Internet. Disponemos de herramientas para combatir esta plaga, y es nuestra responsabilidad utilizarlas.