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 Acto de Apertura

Discurso de Apertura
José Alberto Parejo Gámir. Rector Magfco.

“La Universidad San Pablo-CEU camino de la excelencia”

Excelentísimo Señor Presidente de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU y Gran Canciller de nuestra Universidad,
Excelentísimo Señor Director General de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU,
Excelentísimos y Reverendísimos Señores Obispos,
Excelentísimos Señores Rectores Magníficos y Rectores Honorarios,
Excelentísimos e Ilustrísimos Miembros del Patronato y de la Dirección de la Fundación Universitaria San Pablo-CEU y del Consejo Nacional de la A.C. de P.,
Excelentísimos e Ilustrísimos Señores Vicerrectores, Secretario General y Decanos,
Dignísimas autoridades eclesiásticas, civiles y militares,
Claustro de Profesores, Personal de Administración y Servicios,
Queridos alumnos, padres y familiares,
Señoras y Señores, amigos todos de la Universidad San Pablo-CEU,

Rector Discurso de Apertura

Como todos vosotros recordaréis, cuando se inició en el curso 1998-99 la trascendental reforma de la Universidad CEU San Pablo que venimos llevando a cabo en los últimos años, se estableció que “Nuestra Universidad aspira a convertirse en referencia obligada en la comunidad universitaria y en la sociedad española por la excelencia en la formación de nuestros alumnos: formación técnica, científica y profesional, pero sobre todo humana, desarrollada en la fidelidad a la Doctrina Social de la Iglesia, según el carisma propio de la Asociación Católica de Propagandistas”.

Pues bien, lo primero (y lo fundamental) que quiero decirle a esta comunidad universitaria en la Apertura Oficial del curso 2006-2007 es que estoy convencido de que estamos en el buen camino para conseguir entre todos este gran y tan ilusionante objetivo.

Nuestro Presidente Alfonso Coronel de Palma, nuestro Gran Canciller, acostumbra a decirme, cuando escucha mis intervenciones en los diversos actos académicos que celebramos habitualmente en nuestra Universidad (Actos de Graduación de Alumnos, Doctorados Honoris Causa, etc.), que “vendo” muy bien nuestro producto, que duda incluso si me estoy refiriendo a la Universidad San Pablo-CEU o a la Universidad de Harvard, cuado hablo de lo que hacemos y de lo que estamos avanzando.

Y sería lógico y explicable desde luego que, como Rector, al hablar de nuestra Universidad ante nuestra autoridades (nacionales, autonómicas, eclesiásticas, etc.), ante los ilustres invitados que con frecuencia afortunadamente nos acompañan y, sobre todo, ante los padres y familiares de nuestros estudiantes, lo hiciera con gran optimismo, e incluso con una exagerada convicción.

Sin embargo, tengo que deciros al respecto (como le respondo siempre a nuestro Gran Canciller) que, tanto en cualquiera de esas ocasiones como hoy mismo, creo firmemente en lo que digo, en que con nuestra entrega y esfuerzos de los últimos años, la Universidad CEU San Pablo va camino como pretende de convertirse en una referencia obligada por su calidad en el sistema universitario y la sociedad españolas. Y lo creo por varias razones que os resumo a continuación.

En primer lugar, porque tenemos una misión muy claramente establecida por nuestro Patronato y aceptada y compartida por todos nosotros. Es decir, sabemos muy bien lo que tenemos que hacer. En palabras nuevamente del “Documento de Reforma de la Universidad San Pablo-CEU” ésta “se concibe ante todo como universidad, o, lo que es lo mismo, como centro de saber, de creación y de difusión del saber, dentro de la tradición católica, raíz y origen de las universidades, a la que con sano orgullo proclama pertenecer” .

Así pues, la San Pablo-CEU debe llevar a cabo, bajo esta perspectiva de respeto a sus raíces y a su tradición, todas las funciones interrelacionadas que a las universidades se les han venido atribuyendo desde sus orígenes en los ámbitos de la enseñanza, de la investigación y de la transmisión de la cultura y de los valores , que podemos actualmente, en los albores del siglo XXI, concretar en las siguientes :

a) la formación superior inicial de los estudiantes universitarios, pero también la formación continua a lo largo de toda su vida, es decir la transmisión de conocimientos a los mismos;
b) la investigación científica y técnica, es decir la creación de dichos conocimientos, pero unida a la valorización económica de los resultados;
c) la difusión de la cultura y de la información científica y técnica, en cooperación internacional , así como de los valores que se defienden (en nuestro caso, los del humanismo cristiano).

Objetivos a los que podríamos añadir explícitamente el servicio a la sociedad, puesto que, de acuerdo con la UNESCO , las universidades tienen también la misión de contribuir al desarrollo sostenible y a la mejora del conjunto de las sociedades, dado que actualmente se reconoce de forma generalizada que el conocimiento constituye un recurso imprescindible para el desarrollo económico y social .

En resumidas cuentas, nuestra Universidad CEU San Pablo lleva a cabo estos cuatro grupos de funciones luchando por alcanzar la excelencia en todos y cada uno de ellos y por reforzar su condición de universidad de inspiración católica, siendo consciente de que el CEU y todas sus obras educativas han sido desde su nacimiento, son y deben seguir siendo, centros de transmisión de los valores del humanismo cristiano que propugnan, tal como son interpretados por el magisterio de la Iglesia Católica, que constituye nuestro punto de referencia y de fidelidad permanente .

Valores pues en términos de dignidad de la persona humana, sabiduría, pasión por la verdad, creatividad, prudencia, lealtad, sentido de la justicia, generosidad, libertad, responsabilidad, civismo, integridad, apertura y cultivo del espíritu, honestidad, solidaridad, capacidad crítica, capacidad de relación y convivencia, esfuerzo, respeto, constancia, trascendencia, sensibilidad social, compromiso ético, bondad, caridad, tolerancia, respeto al pluralismo sin renunciar a las ideas propias..., deben impregnar nuestra actividad y ser transmitidos fielmente a nuestros alumnos y profesores, de forma que impregnen también sus comportamientos y actitudes y que no puedan permanecer indiferentes ante la realidad y los problemas que les circundan, que sean capaces de responder a las grandes cuestiones que hoy se nos plantean .

En definitiva, la nuestra es y debe seguir siendo una universidad en la que, fiel a su ideario y principios, prime la formación integral de la persona, entendida como el crecimiento de ésta en todos los órdenes de su vida, de manera que consigamos formar personas realmente desarrolladas, con sus conocimientos y habilidades, pero también con un gran y amplio bagaje cultural y espiritual . Es importante, pues , “que formemos personas cuyo único objetivo en su vida no sea lograr su felicidad individual; que no tengan por única obsesión el éxito en su carrera; que se percaten de la existencia de causas e ideales por los cuales vale la pena sacrificar buena parte de los intereses personales” .

Pero no es sólo que tengamos una clara Misión que, debidamente entroncada con lo mejor de nuestra tradición, de nuestras raíces, compartimos todos nosotros con entusiasmo, sino que, además, en segundo lugar, venimos llevando a cabo en los últimos años un esfuerzo denodado, ímprobo, todos los que formamos esta comunidad universitaria, por mejorar día a día nuestras actuaciones en pro de conseguir nuestros objetivos de excelencia académica e investigadora, de prestar un gran servicio a nuestra sociedad y de reforzar nuestra identidad católica.

A las principales medidas que hemos ido poniendo en práctica en los últimos cursos para ello, me he venido refiriendo con cierto detalle en ocasiones como ésta de cursos anteriores , por lo que no creo que sea necesario insistir ahora más sobre ellas (los progresivamente exigentes criterios selectivos aplicados a nuestros alumnos; la formación humanística de calidad impartida en colaboración con el Instituto de Humanidades “Ángel Ayala”; la continua mejora y ampliación de nuestras instalaciones y medios; la apuesta clara por la investigación; las continuas mejoras en la selección, atención y servicio a nuestros alumnos; el título propio obligatorio en Formación Humanística y Profesional; la continua mejora de nuestra oferta de dobles titulaciones, enseñanza bilingüe, etc.; la brillante actividad de nuestros Institutos de Investigación; el más riguroso proceso de selección y promoción de nuestro profesorado; el aumento y mejora de nuestras relaciones internacionales; la modernización pedagógica; la adaptación al EEES; el cambio de calendario académico…).

Pero sí querría resaltar respecto a su relevancia que no conozco ninguna universidad española, ni pública ni privada, que esté experimentando un proceso de reforma similar en intensidad y amplitud al nuestro , con inversiones en calidad tan importantes como las que realiza San Pablo-CEU y con una acusada demostración de iniciativa, capacidad de innovación y de transformación, y capacidad de gestión y de satisfacción de las demandas de nuestra “clientela”.

Por otra parte, y en tercer lugar, justifica y explica mi optimismo sobre el camino que hemos emprendido hace años en CEU San Pablo nuestra generalizada actitud actual respecto a él, el hecho de que todos somos conscientes de que ese gran esfuerzo está dando resultados positivos y que deberá continuar en el futuro, de que hemos de proseguir luchando de manera decidida, intensa y persistente por conseguir la excelencia en todos los ámbitos de nuestra actuación, con el convencimiento de que sólo así podremos seguir prestando un servicio de calidad a la sociedad (como el que nosotros deseamos y ella precisa) y alcanzar las metas recogidas en nuestra Misión.

Este reto, abierto a todas las Universidades españolas, pero especialmente relevante para las no estatales por carecer de financiación pública y ser por tanto más caras para sus alumnos, no resulta nada fácil de afrontar, sin duda, y nos obliga como ya he dicho muchas veces a todos los que las integramos (profesores, directivos, alumnos, personal de todo tipo) a superarnos cada día en nuestra labor, mejorándola en todos sus ámbitos :

  • en el del profesorado, mediante la continua mejora de sus procesos de selección, formación, reciclaje y promoción interna; sus intercambios crecientes con otras Universidades e instituciones docentes e investigadoras; su investigación de calidad básica y aplicada; las técnicas y métodos pedagógicos que utilizan; su creación de opinión y doctrina; su influencia en la opinión pública; su colaboración con las tareas de gestión, promoción, etc. de la universidad; su labor evangelizadora…
  • en el de los estudiantes, a través de su más adecuada selección al entrar en la Universidad; de diversas pruebas selectivas exigentes a lo largo de sus carreras, que estimulen su esfuerzo y aumenten el rigor y el nivel de su formación; de sus prácticas internas y externas; de una política satisfactoria de becas de distintos tipos (a la excelencia académica, por motivos económicos, de iniciación a y preparación de la docencia y la investigación...); de la atención personalizada a ellos y sus familias; de sus actividades culturales, asistenciales y deportivas; de su mejor acceso al mercado laboral; de su movilidad nacional e internacional; de la creciente atención a los antiguos alumnos, a los alumnos extranjeros y a los de formación continua...;
  • en el ámbito de la formación, mediante la oferta de nuevas titulaciones demandadas por la sociedad, de dobles titulaciones, de enseñanzas bilingües; de cambios y actualizaciones continuas en los planes de estudio y en los programas de las materias; de una oferta más racional y moderna de los cursos de Doctorado y Masters; de la formación en idiomas; del énfasis en la formación humanística y de la formación continua; de la apertura a la enseñanza virtual, tanto complementaria como alternativa de la presencial; de la modernización pedagógica…;
  • en el de los medios, a través del aumento y mejora de las infraestructuras, equipos, bibliotecas, clínicas, residencias, laboratorios, revistas, periódicos…;
  • en el ámbito de la organización, mediante la mejora en general del gobierno de la Universidad con criterios privados de eficacia, responsabilidad y capacidad de los distintos cargos; con sentido de autocrítica, es decir sin miedo a una autoevaluación de nuestra estructura organizativa con rigor y seriedad, sin temor a cuestionarla y mejorarla continuamente, corrigiendo las debilidades existentes en ella y siendo conscientes de que la organización no es fin en sí misma sino un medio para conseguir los objetivos perseguidos.
  • en el del servicio a la sociedad, por último, ampliando y mejorando la presencia de la universidad y sus expertos en los medios; sus actividades culturales, su internacionalización, su colaboración con las autoridades y con las empresas y otras instituciones públicas y privadas…

Y esta generalizada actitud de todos los que integramos la Universidad CEU San Pablo nos da obviamente una gran confianza en nosotros mismos y en nuestras posibilidades de continuar mejorando sensiblemente cada día y viene demostrada por nuestra últimas actuaciones, cuyo mero recordatorio nos permite comprobar lo que acabamos de afirmar y que vamos día a día avanzando en la dirección correcta:

  • se ha implantado una nueva normativa sobre Promoción del Profesorado (más moderna, eficiente y exigente) y sobre los Complementos de Docencia, Investigación y Servicios para aquél;
  • se ha modificado (sin grandes problemas) el calendario académico, lo que nos ha permitido comenzar muy a principios de septiembre nuestra actividad docente, así como mejorarlo, armonizarlo más a nivel internacional y adaptarlo mejor a la nueva pedagogía de Bolonia;
  • se ha adscrito el Colegio Mayor de San Pablo a nuestra Universidad y se ha incrementado sensiblemente la colaboración con él;
  • se ha continuado la implantación de las Licenciaturas en Odontología (con un Título Propio obligatorio en Medicina Oral y Maxilofacial) y en Ciencias Políticas y de la Administración, y la Diplomatura en Turismo; y se ha iniciado con éxito la docencia de 3º de Medicina en el Hospital Central de la Defensa;
  • se está realizando un importante esfuerzo en nuestras Facultades para aumentar en número y atractivo nuestra oferta de Dobles Titulaciones, y de enseñanza bilingüe;
  • se ha reformado el Doctorado, buscando un incremento de su calidad y atractivo y haciendo un importante esfuerzo presupuestario desde el pasado curso académico, ofreciéndolo a un precio competitivo con la universidad pública;
  • se ha aumentado y mejorado sensiblemente el nivel de internacionalización de nuestras Facultades y Centros, con la consecución de nuevos acuerdos de docencia e investigación con algunas de las más prestigiosas universidades del mundo (Columbia, Boston, Chicago, Tecnológico de Monterrey…), con un importante aumento de la movilidad internacional de alumnos y profesores, con el desarrollo de los Programas Study Abroad y Summer School…;
  • se está llevando a cabo un pionero e importante proceso de formación de nuestro profesorado, que gira fundamentalmente sobre el Programa Platón de la Universidad de Harvard, que las tres universidades del CEU hemos implantado, en el que profesores de esa célebre Universidad norteamericana forman a los nuestros en las técnicas pedagógicas requeridas por el proceso de Bolonia;
  • en esta misma línea se han continuado e incluso incrementado los importantes esfuerzos previos por mejorar nuestra pedagogía en las distintas Facultades y para incorporar a nuestro claustro profesores de prestigio de otras universidades y se ha comenzado a adaptar también nuestros espacios a las nuevas técnicas pedagógicas;
  • se ha logrado un incremento muy significativo de la actividad investigadora, de acuerdo con todos los indicadores habituales (proyectos competitivos presentados y aprobados; financiación pública y privada obtenida; número de becarios…), así como un importante acuerdo con la ANEP para que los evaluadores de la ANECA valoren la investigación de nuestros profesores (sexenios) con iguales criterios que en la universidad pública.
  • la labor del COIE ha recibido una valoración de 7.5 puntos sobre 10 por parte de la ACAP, para una media de 6 en el conjunto de estos departamentos de las universidades de la Comunidad Autónoma de Madrid y además, de acuerdo con un estudio externo a la universidad, ha colaborado muy eficazmente al altísimo nivel de colocación de nuestros recién egresados al final del primer año tras acabar sus estudios (96,6% del total, mejorando incluso los magníficos resultados proporcionados por la ANECA para años anteriores) ;
  • la presencia pública de nuestra universidad ha continuado siendo muy intensa a través de medios tradicionales (Cursos de Verano, ciclos de conferencias, congresos, seminarios, etc.; concesión de doctorados honoris causa y de medallas al mérito…) y modernos (nueva imagen corporativa CEU, la Red de Expertos del CEU, Gabinete de Prensa…).

Sin olvidar, además, e insisto con ello en lo ya dicho también en años anteriores, que la adecuada aplicación de las medidas aprobadas e iniciadas en los últimos años ha continuado requiriendo de todos nosotros una entrega también considerable: implantación de nuevas titulaciones y Facultades, pruebas de fin de carrera, aplicación rigurosa de los procesos selectivos, extensión de la formación humanística del Instituto de Humanidades fundamentalmente a través de las asignaturas de libre configuración, puesta en marcha de los nuevos Institutos de Investigación (el de Estudios de la Democracia y el de la Familia) y desarrollo del Instituto de Estudios Europeos, presencia continua de nuestros profesores en los medios de comunicación, prácticas obligatorias para todos nuestros alumnos, seguimiento y apoyo a nuestros egresados, realización de múltiples actividades de investigación (con una clara mejoría en el funcionamiento de la OTRI), culturales, deportivas y asistenciales, movilidad nacional e internacional de alumnos y profesores, apuesta por las nuevas tecnologías en la enseñanza, desarrollo de la formación virtual, continua e “in company”, etc., etc.

Entrega que está siendo sin duda compensada con la obtención de importantes éxitos y distinciones, en términos de doctorados que han logrado la mención de calidad, del elevado número de nuestros profesores que están siendo acreditados por la ANECA o por la ACAP, de la significativa financiación pública y privada, nacional e internacional, para las actividades de I+D conseguida por nuestros equipos de investigación, del alto número y calidad de las tesis doctorales leídas en la Universidad San Pablo-CEU, de los importantes premios concedidos el último curso a nuestros profesores y alumnos , de las favorables posiciones concedidas a nuestra universidad y a sus titulaciones de grado y postgrado en los distintos rankings o clasificaciones nacionales de docencia e investigación , pero sobre todo con el mantenimiento de la confianza en nuestra labor que nos demuestran continuamente nuestras autoridades locales, regionales y nacionales, la comunidad universitaria nacional y, especialmente, las familias españolas, que siguen confiándonos la formación superior de sus hijos, pese al elevado coste económico que ello lamentablemente les supone, en una época además en la que, como es sabido, la demanda general de estudios universitarios continua cayendo , mientras que su oferta aún aumenta.

Éxitos, distinciones y confianza, sobre todo esta última, que constituyen sin duda una nueva razón, la cuarta (y de excepcional relevancia, sin duda) para nuestro “optimismo” sobre la situación actual y las perspectivas futuras de la Universidad CEU San Pablo, que viene demostrando además con su reforma a lo largo de estos últimos años (como os justificaba en mi “Discurso” del pasado curso académico) una gran capacidad de adaptación al inevitable EEES, que nos ofrece importantes oportunidades y posibilidades de ventaja competitiva, lo que supone en mi opinión una última razón significativa en que basar ese optimismo.

Voy terminando. Nuestro objetivo es sin duda muy ambicioso, pero al mismo tiempo extraordinariamente ilusionante y estamos, tengo que insistiros en ello, en el buen camino para alcanzarlo a medio plazo. Y tengo una gran seguridad de que podemos hacerlo, de que seremos capaces de lograrlo. Eso sí, tendremos que perseverar en nuestros esfuerzos, en nuestra entrega, todos nosotros.

En primer lugar los profesores, que sois, que somos, siempre la pieza clave del proceso educativo de nuestros alumnos. A vosotros os corresponde sin duda una parte fundamental del mérito de lo que estamos consiguiendo y de la responsabilidad de que alcancemos a medio plazo los objetivos que perseguimos. Lo lograremos en la medida en que mantengáis vuestra magnífica vocación , en que sigáis con vuestro gran y excelente esfuerzo docente (incrementado indudablemente estos últimos tiempos con la reforma e innovación pedagógicas exigidas por el EEES que estamos llevando a cabo, anticipándonos al resto de universidades españolas), sin detrimento de vuestra labor investigadora de calidad; en que continuéis volcándoos en vuestra labor tutorial y de atención y servicio hacia nuestros estudiantes (y sus familias), así como en vuestra colaboración en las labores de gestión de todo tipo de los Departamentos, Centros, Institutos, Facultades, etc. cuando sea necesario; en que sigáis adaptándoos eficientemente y con entusiasmo (como hasta ahora) a la nueva metodología docente, que defendíamos en el “Discurso del Rector” del curso 2004-2005 , demostrando vuestros deseos de formaros, de aumentar y actualizar continuamente vuestros conocimientos; en que aumentéis vuestra apertura a la colaboración con otras universidades, con las empresas e instituciones, a la internacionalización, a la movilidad; y en que seáis capaces de transmitir satisfactoriamente los valores del humanismo cristiano que defendemos y de seguir sintiendo y queriendo a la Universidad San Pablo-CEU como propia.

En segundo lugar el personal de administración y servicios, cuya importancia resulta también indudable en la tarea común que llevamos a cabo. Una tarea, que como también os he dicho en varias ocasiones , necesita de un PAS:

  • cordial, con un excelente trato a profesores, alumnos, directivos...
  • eficaz, competente, responsable, pendiente de los problemas para solucionarlos o transmitirlos,
  • entregado a su importante tarea,
  • consciente de esa importancia,
  • deseoso de mejorar continuamente,
  • atento a las eventualidades,
  • identificado con la institución...

En la medida en que mantengáis igualmente estas cualidades y actitudes, en que perseveréis en ellas, continuaréis y mejoraréis vuestra significativa contribución al logro de nuestros objetivos.

En tercer lugar los equipos directivos de la Universidad y de todos sus centros, Facultades y departamentos, responsables de su gestión a sus distintos niveles, debemos igualmente continuar esforzándonos con entusiasmo en nuestra tarea, sin duda difícil, dura y costosa para los profesores universitarios, pero también de un gran atractivo y muy estimulante si se lleva a cabo con eficacia. Requiere sin duda, entre otras muchas cosas , flexibilidad; capacidad de dirigir, organizar, coordinar e impulsar equipos humanos; atención a las demandas de la sociedad y del mercado laboral en concreto; iniciativa y espíritu permanente de innovación; apertura a nuevos métodos pedagógicos y a los progresos técnicos aplicables a las actividades universitarias; mejora y fomento de la investigación y de la cultura; perspectiva internacional; apertura a la colaboración con otras instituciones; lucha por la calidad a todos los niveles… así como un reconocimiento adecuado a la labor llevada a cabo .

Y por último, pero no menos importante, en una universidad como la nuestra la consecución satisfactoria de las metas planteadas exige también sin duda una adecuada colaboración con las demás universidades hermanas del Grupo CEU, que deberemos intensificar en el futuro y con un afán de generosidad por nuestra parte hacia ellas, más jóvenes y de menor dimensión que la nuestra, unido a una humilde pero necesaria actitud de aprender de ellas todo lo que puedan enseñarnos ; una leal y progresivamente eficaz relación con nuestra entidad matriz, la Fundación Universitaria CEU San Pablo, que mejore si cabe la que tradicionalmente hemos mantenido con ella; y un apoyo claro por parte de nuestro Patronato, con el que hemos contado todos estos años, unido a una encomiable entrega por parte de todos sus componentes a sus tareas de órgano máximo de gobierno de nuestra Universidad; apoyo y entrega que vosotros no veis pero de las que puedo dar fe un año más y que resultan imprescindibles también para nuestro futuro.

Y si apoyo y entrega totalmente desinteresados hemos recibido siempre, os lo puedo asegurar, por parte de todo nuestro Patronato, en el caso de su Presidente, Alfonso Coronel de Palma, al que debemos despedir hoy como Gran Canciller de la Universidad CEU San Pablo, puesto que el mes próximo se producirá su relevo, por motivos estatutarios, como Presidente de la A. C. de P., para pasar a ejercer en exclusiva las nuevas responsabilidades a las que ha sido llamado por la Iglesia española, como Presidente Ejecutivo de la Cadena COPE, tengo que deciros que ese apoyo y esa entrega no han tenido límites.

No le gustan a nuestro Canciller, como bien sabéis, los elogios en público: “Que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda”. Respetando sus deseos, y la máxima evangélica, me limitaré, querido Alfonso, en nombre de todos los que formamos parte de esta Universidad, a desearte lo mejor, a reconocerte “responsable” en medida importante de este camino hacia la excelencia que estamos recorriendo entre todos, a felicitarte por ello y a agradecerte en el alma todo lo que has estado (y estás) haciendo por el CEU y por esta Universidad en concreto.

Acabo ya, ahora sí, con palabras de ánimo para todos vosotros y mis mejores deseos de éxito en vuestra labor durante este curso académico; con mi recuerdo entrañable a todos los miembros de la Comunidad Universitaria San Pablo-CEU que ya no pueden estar con nosotros y con palabras de felicitación y agradecimiento al profesor D. Luis Mª Laita, por su magnífica lección inaugural; al Coro de la Universidad y a su director por sus magníficas interpretaciones de hoy; al profesor Juan Carlos Domínguez Nafría, nuestro Secretario General, por su excelente síntesis (siempre complicada) de la Memoria del año pasado; a nuestro querido Consiliario, Monseñor César Augusto Franco, por acompañarnos un año más en esta Solemne Apertura del Curso 2006-2007 presidiendo la Celebración Eucarística y por su Homilía; a los profesores Andrés Gutiérrez y Consolación Isart, por su entrega a sus labores como Decanos de estos últimos años; al Patronato de nuestra Universidad y a la Fundación CEU San Pablo por el apoyo y comprensión ya citados; al Consejo de Gobierno y a todos y cada uno de sus integrantes, actuales y anteriores, por su leal y entusiasta colaboración. Y a todos vosotros por vuestra importante tarea y presencia en este Solemne Acto.

Quiero pediros igualmente a todos disculpas por mis fallos, errores o insuficiencias durante estos últimos años (siempre involuntarios, os lo aseguro). Muchas gracias.

José Alberto Parejo Gámir
Rector Magfco.

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