Existe un creciente interés nacional e internacional sobre la economía circular como marco para lograr un crecimiento sostenible, respetuoso con la persona y el medio ambiente.
Este modelo sitúa en el centro del paradigma económico las virtudes esenciales y el bien común. Propone una economía resiliente, inclusiva, más libre, y crea oportunidades para todos y cada uno de los integrantes de una sociedad.
La economía circular fomenta una productividad a medida del hombre, y no una concepción de la persona a medida de la productividad. Concibe la productividad y el consumo a largo plazo, a la vez que hace frente a desafíos como el cambio climático, la contaminación y la pérdida de la biodiversidad.
Naciones Unidas, la Unión Europea, los países y las empresas, han establecido objetivos de economía circular y sostenibilidad para las próximas décadas. Habrá, por tanto, un fuerte crecimiento en todas las categorías laborales relacionadas, con un aumento del 12%, aproximado en el empleo previsto para 2028.