¿Por qué resulta de interés contar con un observatorio sobre los metaversos?
El metaverso es el concepto que, probablemente, protagonizará el siguiente proceso evolutivo de la sociedad digital. Es un término recogido en la novela de ciencia ficción “Snow crash” (1992) de Neal Stephenson, combinando las palabras meta (más allá) y universo”. Otra novela y también filme de culto que recoge este concepto es “Ready Player One” (2011) de Ernest Cline. Y es obligado citar la red social “Second Life”, lanzada en 2003, que permitía la interacción entre avatares que, incluso, podían hacer transacciones económicas. Así, los metaversos son espacios digitales donde las personas interactúan a través de sus avatares virtuales.
Los metaversos constituyen ya la nueva frontera sobre la que explorar y ensayar las primeras conceptualizaciones de una actividad inmersiva de la humanidad fuera de su medio real y originario. Innovación, fascinación, respeto y desconfianza se conjugan en actual estadio inicial de su planteamiento.
Crear mundos virtuales ya está al alcance del ser humano, aunque precisa de normas y códigos de conducta que garanticen su desarrollo ordenado, como lo han hecho las leyes de la naturaleza y de la convivencia humana durante milenios. Metaeconomía y Metasociedad serán dos elementos clave en esa configuración.
Por primera vez, el ser humano puede recrear digitalmente su mundo real o crear nuevos mundos virtuales o semivirtuales (aumentados) sobre los cuales puede, a su vez, crear arte, moda, nuevos modos de relacionarse y nuevas experiencias tan intensas como la tecnología pueda plantear en los próximos años.
El metaverso es la nueva fase evolutiva de la navegación en Internet, es un salto desde la bidimensionalidad de los sitios web hacia la tridimensionalidad esférica de lo espacial y hacia la cuadrimensionalidad de los sentidos (pronto el tacto y, quizá, más adelante, también el gusto y el olfato).
Es la evolución desde la Internet pasiva y de consulta a la Internet activa e interactiva. Es, de algún modo, una nueva aventura exploratoria para la humanidad que llega cinco siglos después de la llamada era de los descubrimientos.
La vida social y laboral serán un componente muy relevante para muchas personas, seguramente millones en pocos años, como ha ocurrido con las redes sociales en la última década. También será protagonista la “meta-economía” que recogerá todas las transacciones y operaciones de consumo e inversión que quepa imaginar, más aún que en el universo real, pues la tokenización y creación de activos digitales de todo tipo (obras artísticas, música, moda, diseños, propiedades inmobiliarias y mobiliarias) y sus múltiples manifestaciones digitales lo harán posible.